Madrid bien merece una frase.
Madrid levanta pasiones, te atrapa y no te suelta, ya estás perdido. Puedes amarla u odiarla, pero nunca te dejara indiferente, no es una opción. A lo largo de su historia, han sido muchos los personajes que han escrito sobre Madrid: reyes, políticos, poetas, escritores, dramaturgos, humoristas, arquitectos, músicos, actores, actrices, directores de cine y teatro, cantantes, toreros, deportistas, espías… todos han expresado lo que sentían por esta ciudad castiza y chulapa, siempre en obras, como si estuviera sin terminar. ¡Que bonito será Madrid cuando lo acaben! Lo malo es que nadie sabe cuando será. Este es mi Madrid, vuestro Madrid, y estas son algunas de las frases que sobre nuestra ciudad, se han dicho, se han escrito, o incluso se han cantado a lo largo de su historia.
Y por supuesto, mi frase, mi humilde regalo a esta ciudad que me tiene atrapado el corazón de por vida.
“Si alguna vez me pierdo, no me busquéis muy lejos. Andaré por Madrid”
Para comenzar, un poco de humor, dos perlas impagables de boca de nuestra insuperable, inigualable e inimitable alcaldesa, la de las peras y las manzanas. ¡Con lo bien que se esta callado…!
Ana Botella
A relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor. (Una relajante taza de café con leche en la Plaza Mayor).
And most importantly, Madrid is fun. (Y lo más importante, Madrid es divertido).
Y ahora, tras este toque de humor, comencemos en serio con lo que nos interesa: las frases y citas celebres sobre Madrid.
Mariano José de Larra
Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.
Ramón Gómez de La Serna
Madrid es no tener nada y tenerlo todo.
Madrid es tener un gabán que abriga mucho y con el que se puede ir tranquilo hasta a los entierros con relente. Madrid es no admitir lo gótico. Madrid es la improvisación y la tenacidad. Madrid es quedarse alegre sin dinero y no saber cómo se pudo comprar lo que se tiene en casa.
José de Espronceda
Madrid yace envuelto en sueño, todo al silencio convida.
Francisco Umbral
Parece que hoy toca hablar de Madrid. Madrid es una gran ciudad, o por lo menos una ciudad grande.
Madrid lo hicieron entre Carlos III, Sabatini y un albañil de Jaén, que era el que se lo curraba.
Madrid es un género literario.
Joaquín Sabina
He llorado en Venecia, me he perdido en Manhattan, he crecido en la Habana, he sido un paria en París. México me atormenta, Buenos Aires me mata, pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid.
Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid.
¿Te has parado alguna vez a ver los colores que estallan en Madrid cuando, al salir del metro en una tarde otoñal, el sol se va?
Me siento más madrileño que el alcalde de Madrid, porque los que han nacido en Madrid no han podido soñarla. Lo bueno es llegar con la boina y la maleta de cartón, y a los cinco minutos ser de Madrid.
Alfredo Zitarrosa
Adiós Madrid. Vuelvo a vivir. Dura raíz, siento al partir que algo de mí se queda aquí ya para siempre: la ardiente ilusión de quererte, ser fuerte y dejarte, sin dejar de amarte.
Miguel Delibes
A mí Madrid me da miedo, porque si Valladolid me parece ya un enorme aparcamiento, Madrid me parece cinco veces ese aparcamiento.
Agustín Lara
Madrid, Madrid, Madrid, pedazo de la España en que nací, por algo te hizo Dios la cuna del requiebro y del chotis.
Miguel Cantilo
Estás más guapa, más sabia, más civil en otra etapa, cambiaste de perfil, y eso me encanta, me encanta, Madrid, por eso te canto, te canto, Madrid.
Edmondo de Amicis
Los primeros días no me pude alejar de la Puerta del Sol: allí me quedaba horas y horas, y me divertía tanto que me hubiera gustado pasar el día entero. Es una plaza digna de su fama; no tanto por su grandeza y su belleza cuanto por la gente, por la vida y por la variedad del espectáculo que presenta a todas horas del día. No es una plaza como las demás: reúne a un tiempo las cualidades de un salón, un paseo, un teatro, una academia, un jardín, una plaza de armas y un mercado.
Para pasar revista al bello sexo madrileño, es necesario ir al Prado… Pero el Prado es el paseo más famoso, no el más hermoso ni el más grande de la ciudad. En la prolongación del Salón, pasada la fuente de Cibeles, se extiende como unas dos millas el paseo de Recoletos, limitado a la derecha por el risueño barrio de Salamanca, el barrio de los ricos, los diputados y los poetas; y a la izquierda por una larguísima cadena de palacetes, mansiones, teatros y edificios nuevos pintados de vivos colores. No es un solo paseo, son diez, uno junto a otro, y cada uno más hermoso que el anterior.
Ismael Serrano
Maldita ciudad, no es tu mejor momento y aún estás hermosa. He de confesarte que te eché de menos. Agarro la guitarra y canto para ti. Qué bueno estar en casa. Vuelvo a Madrid.
Madrid, deshabitado como mi colchón el verano en que me hice mayor, y ella que ya no llama.
Fernando Sánchez Dragó
Madrid huele a infierno y sabe a hidrocarburo. ¿Su mejor banda sonora? El silencio.
Miguel Hernández
Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada!
Juan Ramón Jiménez
En este libro quiero dejar en pie al Madrid eterno, lo bueno y bello de antes y de hoy… Y un poco de lo de mañana.
Pedro Calderón de la Barca
Yo salí de Granada, y vine a ver, la gran villa de Madrid, esta nueva Babilonia, donde verás confundir en variedades y lenguas el ingenio más sutil.
Téophile Gautier
Existe en Madrid un comercio del que no hay idea en París: los vendedores de agua al por menor. Su tienda consiste en un cántaro de tierra blanco, un cesto de mimbre o de hoja de lata que contiene dos o tres vasos, algunos azucarillos… y a veces un par de naranjas y limones… Estos vendedores de agua son, generalmente muchachos gallegos, con chaqueta color tabaco, calzón corto, polainas negras y sombrero puntiagudo… Algunas mujeres y chicas, vestidas de modo insignificante, se dedican también al comercio de agua. Se les llama, según su sexo, aguadores o aguadoras; por todos los rincones de la ciudad se oyen sus gritos agudos, modulados en todos los tonos y variados de cien maneras: Agua, agua, ¿Quién quiere agua?, ¡agua helada, fresquita como la nieve! Esto dura desde las cinco de la mañana hasta las diez de la noche… Lo que Madrid necesita más, después de agua, es fuego para encender cigarros; así es que el grito: Fuego, fuego, se oye por todas partes y se mezcla incesantemente con el de: Agua, agua.
Ramón de Mesonero Romanos
Si Madrid es el centro de España, y la Puerta del Sol lo es de Madrid, un escolástico sacará la consecuencia de que la Puerta del Sol es el punto central del reino. Lo es indudablemente, no tanto por su situación topográfica como por su vitalidad y movimiento. La memoria de este sitio es el primer pensamiento del forastero al dirigirse a Madrid, y no sería ridículo el que dos españoles que se encontrasen en las elevadas cordilleras de los Andes o en las heladas márgenes del Neva, se despidiesen citándose «para la Puerta del Sol.
José Martínez Ruiz “Azorín”
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?
Dámaso Alonso
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿Qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
Miguel de Cervantes Saavedra
Adiós, dije a la humilde choza mía; adiós, Madrid; adiós tu Prado y fuentes, que manan néctar, llueven ambrosía; adiós, conversaciones suficientes a entretener un pecho cuidadoso y a dos mil desvalidos pretendientes.
Antonio Machado
¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Españas! La tierra se desgarra, el cielo truena, tú sonríes con plomo en las entrañas.
César Vallejo
A conocer sus grandezas, las grandezas de España, los irreprochables descalabros anatómicos del Greco, los auténticos estribos de oro regalados por los Papas a los grandes reyes déspotas, la pequeña esquina de la derruida capilla del Obispo, en la Puerta del Moro; los dulces grupos de mujeres de velo, anacrónicas y sensuales; el alto y claro cielo; el primer manuscrito del idioma, sobre el pergamino en que Don Rodrigo Díaz de Vivar y su mujer, Jimena, testan sus heredades… A eso hay que ir a Madrid.
Antonio Chenel, Antoñete
Soy lo que soy gracias a Madrid, en Madrid y por Madrid
¡La plaza de Las Ventas lo tiene todo! ¡Es la más bonita, más torera y más guapa que hay!
Felix Lope de Vega y Carpio
Madrid; que no hay ninguna villa, en cuanto el sol dora y el mar baña más agradable, hermosa y oportuna, cuya grandeza adorna y acompaña la Corte de los Césares de España.
Carmen Martín Gaite
La gente en Madrid andaba de otra manera, miraba, se vestía y hablaba de otra manera, con una especie de desgarro; yo espiaba los rostros cambiantes que, alguna rara vez, se fijaban unos instantes en el mío, sobre todo durante los trayectos en el metro, dentro del vagón donde no había que pedir excusas por rozarse con otros cuerpos y aspirar su olor, me gustaba el olor de aquella gente desconocida que podía estarse preparando para apearse en la próxima estación, a la que iba a perder de vista irremisiblemente, trataba de descifrar, por la expresión de sus rostros y el corte de sus ropas, a qué oficio se dedicarían o en qué irían pensando.
Lema de la Villa de Madrid en sus orígenes
Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón.
Libro de Montería de Alfonso XI
Madrid, un buen lugar de puerco y oso.
Hans Christian Andersen (1805-1875)
Madrid es para mí un camello derrumbado en el desierto; yo tomé asiento sobre una de sus gibas y oteé los alrededores, pero me sentía incómodamente sentado y el asiento salía muy caro.
Albert Boadella
Madrid es una urbe donde nadie te da lata con las cuestiones identitarias.
Carlos Sambricio
Madrid es una birria, arquitectónicamente. No tiene monumentos, no tiene Torre Eiffel ni Campos Elíseos… Es simpática, pero como lo es un niño bizco.
Alonso Núñez de Castro
Son los espíritus tan hidalgos en la plebe, que es menester nuevo reparo para no juzgar que todo Madrid se compone de Señores. Yo admiro sus fecundidades, habiéndose debido los surcos al afán de los Ángeles, sustitutos del venturoso labrador Isidro, a cuya hijada rinde nuestro español Monarca su cetro, sino que no rindiese la tierra, en vez de estrellas, pues a celestiales surcos naturales era la cosecha de astros, y el agosto de luceros. Finalmente los cortesanos del cielo se preciaron en nuestra Corte de labradores calificando de cielo el terruño de Madrid, y en la verdad después de Madrid, el cielo.
Baptista Remiro de Navarra
¡Calle Mayor de Madrid, que en esta variedad te aclamará el orbe! ¡Oh tú, paseo de los días tempestuosos del invierno, donde sustentas más coches que piedras! Prado de Madrid y baños de julio han ahogado más dinero que delincuentes la horca de su plaza.
Antonio Mingote
Madrid es como una mujer no demasiado guapa, pero que no puedes vivir sin ella.
Salvador Videgain
Para ser madrileño hay que nacer aquí,quererlo y mamarlo desde chico algunos se creen que con entrar en Madrid ya son madrileños,no por dios ellos entran en Madrid pero Madrid no entra en ellos.
Luis Quiñones de Benavente
De Madrid al cielo, y en el cielo, un agujerito para verlo.
Paco León
Madrid es una ciudad canalla, pero está muy calmada y correcta.
Carlos Arniches
El cielo azul, la sierra blanca, el sol de oro.. ¡Un día madrileño puro!
Y es que gozo lo que da Madrid, sólo Madrid. ¡Natural! ¿Quién está triste con esta gloria de cielo y esta bendición de sol?
Benito Pérez Galdós
Ay, qué Madrid este, todo apariencia. Dice un caballero que yo conozco, que esto es un Carnaval de todos los días, en que los pobres se visten de ricos. Y aquí, salvo media docena, todos son pobres facha, señora, y nada más que facha. Esta gente no entiende de comodidades dentro de casa. Viven en la calle, y por vestirse bien y poder ir al teatro, hay familia que se mantiene todo el año con tortillas de patatas… Conozco señoras de empleados que están cesantes la mitad del año, y da gusto verlas guapetonas. Parecen duquesas, y los niños principitos. ¿Cómo es esto? Yo no lo sé. Dice un caballero que yo conozco, que de esos misterios está lleno Madrid. Muchas no comen para poder vestirse; pero algunas se las arreglan de otro modo… Yo sé historias, ¡ah! yo he visto mucho… las tales se buscan la vida, se negocian el trapo como pueden, y luego hablan de otras ¡como si ellas no fueran peores!
Nicolás Fernández de Moratín
Madrid, castillo famoso que al rey moro alivia el miedo, arde en fiestas en su coso,
por ser el natal dichoso de Alimenón de Toledo.
por ser el natal dichoso de Alimenón de Toledo.
Danny DeVito
Madrid es una ciudad preciosa, pero espero que encuentren pronto el tesoro.
Alex de la Iglesia
No hay más que salir a la Gran Vía madrileña para darte cuenta de que si el fin del mundo no se produce hoy, ocurrirá mañana.
Mata Hari
En Madrid, jamás llegué a pisar la calle, porque cada vez que aparecía en la puerta del Hotel Ritz, una legión de caballeros arrojaban sus capas al suelo para que caminara sobre ellas, poniendo ante mí una alfombra que nunca se acababa.
Manuel Azaña
Madrid es un poblachón mal construido en el que se esboza una gran capital.
Ernest Hemingway
Madrid, en cualquier caso, es un sitio curioso. No creo que llegue a gustarle a nadie cuando se va por primera vez. No tiene la catadura que uno espera que va a tener España. No es pintoresco. Y, sin embargo, cuando se conoce Madrid, es la más española de todas. Sólo en Madrid se encuentra la esencia. Y la esencia, cuando realmente es la esencia, puede estar contenida en una botella de frasco común, no hacen falta etiquetas fantásticas; no hacen falta en Madrid trajes folclóricos. Cualquier clase de edificio que se construya, incluso aunque se parezca enormemente a los que se construyen en Buenos Aires, cuando se le ve encuadrado en ese cielo de Madrid, se sabe que uno está en Madrid.
Cuando uno ha podido tener El Prado y al mismo tiempo El Escorial, situado a dos horas al norte, y Toledo al sur y un hermoso camino a Ávila y otro bello camino a Segovia, que no está lejos de La Granja, se siente dominado por la desesperación al pensar que un día habrá de morir y decirle adiós a todo aquello.
Y es que Madrid, rebosa literatura, poesía y música por sus cuatro costados, tanto que ella misma es un personaje literario.
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