Un Madrid de novela.
Madrid es todo un personaje, uno de esos que levantan pasiones, o la odias a la amas de un modo visceral e irracional. No admite medias tintas ni tibiezas. Siempre fiel a su humilde origen de aldea que llegó a ser Villa, y con Felipe II se convirtió en capital de España y de todo un imperio, Madrid es una de las ciudades más vivas y cosmopolitas del mundo. A los que la amamos, no nos importa que entre sus habitantes apenas haya un puñado de madrileños auténticos, o que se haya convertido en una ciudad demasiado grande, siempre en obras y a veces incomoda. Madrid es mujer, una mujer generosa que cuida de todos, a veces como buenamente puede, porque no siempre se lo permiten, una mujer fuerte, capaz de sobrevivir a guerras y revoluciones, a posguerras y cartillas de racionamiento, a crisis políticas y económicas, a atentados sin sentido, a dictaduras y “dictablandas”, a reyes incapaces o tiranos, cuando no ambas cosas, a golpes de estado y a intentonas, a políticos corruptos ...