El Palacio Real de Madrid. Historia, secretos y leyendas de un noble edificio.

El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, pese a que ni el Rey, ni ningún miembro de la Familia Real, tengan en él su residencia habitual.  Actualmente es utilizado en los actos oficiales y en la celebración de las ceremonias de Estado.
Alcazar
Un poco de historia
Los orígenes del Palacio Real de Madrid o Palacio de Oriente, se remontan al siglo IX, en plena dominación musulmana de la Península Ibérica, cuando el emir Mohamed I edificó una alcazaba, para defender Toledo del avance de los cristianos, en el lugar donde hoy día vemos esta noble construcción. Una fortaleza defensiva que, tras la reconquista de Mayrit, por el rey Alfonso VI en el año 1083, sería utilizada por los reyes de Castilla, sobre la que años más tarde, en el siglo XVI, se construyó el Real Alcázar, que resultaría destruido por un pavoroso incendio ocurrido en la Nochebuena de 1734.
Felipe V - Miguel Jacinto Meléndez - Óleo sobre lienzo
Felipe V, el primer rey de la nueva dinastía de los Borbones, fue el impulsor de las obras de construcción del nuevo palacio, que debería ser el asombro y envidia de las demás cortes europeas. El nuevo monarca quiso que el palacio, ocupase el mismo lugar que el Alcázar destruido, encargando al arquitecto, el italiano Felipe Juvara, que toda la construcción se realizara en piedra (blanca de la localidad madrileña de Colmenar y berroqueña gris de la sierra de Guadarrama) y ladrillo, con el objeto de que ningún incendio pudiera provocar una nueva tragedia. Tras el fallecimiento de Juvara, serían su discípulo Juan Bautista Sachetti, quien se encargaría de finalizar los planos definitivos para la construcción del Palacio de Oriente. Posteriormente otros arquitectos de la talla de Ventura Rodríguez (la Capilla Real) o Francesco Sabatini (la escalera principal), también participarían en la realización de tan magna obra.
Plaza de Oriente (25)
Las obras se iniciaron en 1738, con la ceremonia de colocación de la primera piedra. El arzobispo de Tiro, Álvaro de Mendoza, bendijo el acto que tuvo lugar el 7 de abril de 1738. El marqués de Villena y duque de Escalona, en nombre del rey, introdujo en un cofre de plomo monedas de oro, plata y cobre acuñadas en las Reales Fábricas  de Moneda de Madrid, Sevilla, Segovia, México y Perú. Tallada en la piedra figuraba la siguiente inscripción:
Aedes Maurorum / Quas Henricus III Composuit /Carolus V amplificavit / et / Philipus III ornavit / Ignis Consumpsit Octavo Kalendas Janvarii / Anno MDCCXXXIV / Tamden / Philipus V spectandas restitutit / Aeternitati / Anno MDCCXXXVIII
Palacio Real - Fachada sur
Se comenzó por la fachada que da a mediodía, prolongándose las obras hasta 1755, por lo que Felipe V, que fallecería el 9 de julio de 1746, nunca llego a establecer en el nuevo y grandioso edificio su residencia. Sería uno de sus hijos, el por entonces ya rey de España, tras renunciar al trono de del Reino de Napoles, Carlos III, el primer monarca español en establecer su residencia en el Palacio de Oriente en 1764.
  Palacio Real 5

Su arquitectura, de inspiración francesa, posee sin embargo unas proporciones claramente italianas, de gran majestuosidad y belleza, que hacen destacar aun más, si cabe, su privilegiada situación, sobre una colina con vistas a poniente y los hermosos y cuidados jardines que lo rodean: los Jardines de Sabatini y el Campo del Moro. Construido en torno a un patio de planta cuadrada,  cuenta con una galería porticada, que delimita la Plaza de la Armería, donde se sitúa la fachada principal del palacio.
Palacio Real 3
Destacan sus cuatro fachadas, inspiradas en los dibujos que Bernini realizó para el Palacio del Louvre de París, en la que los balcones, se encuentran separados entre sí, mediante columnas jónicas y pilastras dóricas. Sobre esta planta, dos más, la última de ellas con una balaustrada realizada en piedra blanca, rematando la cornisa donde debían colocarse las estatuas de los reyes de todas aquellas monarquías relacionadas en algún momento de la historia con España, estatuas que en la actualidad, se encuentran repartidas por el parque del Retiro, la plaza de Oriente y otras ciudades de la geografía española.
Campo del Moro (4) Terrazas & Miradores (57)
En su decoración interior, se emplearon los mejores y más ricos materiales disponibles: mármoles españoles, estucos, madera de caoba en puertas y ventanas y sus distintas estancias se decoraron con obras de arte de los mejores artistas del momento, con pinturas al fresco de Giaquinto, Tiepolo o Mengs y los españoles Bayeu y Maella. Como es lógico, cada monarca redecoraba, añadía y cambiaba elementos de acuerdo a su gusto y real capricho, por lo que la decoración del Palacio Real, fue cambiando a lo largo de los años. Así, del reinado de Carlos III, aun se conservan el Salón del Trono, la Cámara del Rey  y la Sala de Porcelanas, obra de la Real Fábrica del Buen Retiro. Carlos IV nos dejó el Salón de Espejos y de la época Alfonso XII podemos ver el Comedor de Gala. Estancias de las que hablaré, entre otras, a continuación.
Campo del Moro (16)
Las estancias del Palacio Real
Entre las más de 3.000 estancias con que cuenta el Palacio Real, son especialmente representativas de la grandiosidad del edificio, la Escalera Principal, con  más de 70 peldaños, diseñada por Sabatini, el Salón del Trono, con su magnífico techo pintado por Tiépolo, el Salón de Alabarderos, las Salas Gasparini, la Real Farmacia, o la Capilla Real, que posee una magnifica colección de instrumentos de cuerda fabricada por Antonio Stradivari, el más famoso luthier de Cremona.
Escalera principal
Palacio Real. Escalera Principal.
La escalera principal del Palacio Real es de tipo imperial, con un gran descanso central , para a partir de ese punto, dividirse en dos tramos, a ambos lados, que ascienden en sentido opuesto. Fue proyectada por Francesco Sabatini y está construida en mármol blanco procedente de las canteras de San Pablo (Toledo). Cada uno de los peldaños que la componen están labrados en una sola pieza de cinco metros de longitud, con escasa altura de contrahuella para facilitar el ascenso. En cuanto la a balaustrada de los dos tramos superiores su arranque cuenta con dos leones, también de mármol, como principal elemento decorativo.
Corrado Giaquinto - España rindiendo homenaje a la Religión y a la Iglesia
Su bóveda está decorada con estucos blancos y dorados y en ella podemos ver la pintura de Corrado Giaquinto titulada: España rindiendo homenaje a la Religión y de la Iglesia.
Salón del Trono
Salón del Trono - Palacio Real
El Salón del trono del Palacio Real, está presidido por dos tronos copia exacta de los originales realizados durante el reinado de Carlos III. A ambos lados del trono se sitúan cuatro leones de bronce dorado, encargados por Velázquez durante su segundo viaje a Italia para decorar el Salón de los Espejos del antiguo Real Alcázar de Madrid antes del incendio que lo destruyo por completo, cada uno de los cuales apoya una garra sobre una bola de caliza rojiza. Las paredes estás tapizadas en terciopelo rojo de Génova, con orlas de estilo rococó de plata dorada realizadas en Nápoles, al igual que el mobiliario de talla dorada.
Boceto para el fresco que decora la Boveda del Salon del trono del Palacio Real.
La bóveda fue pintada al fresco por Tiepolo, que la terminó en 1766, y representa la Alegoría de la Monarquía Española, con personificaciones de los reinos que la integraban en el siglo XVIII. En cuanto al resto de la suntuosa decoración, los espejos, son de la Real Fábrica de La Granja, y las arañas de cristal de roca fueron adquiridas en Venecia.
Comedor de Gala
Comedor de Gala - Palacio Real
Catorce lámparas en bronce de la época fernandina, con casi mil bombillas con tecnología LED, dan luz y esplendor al Comedor de Gala del Palacio Real de Madrid, que, nuevas tecnologías a parte, se conserva tal y como era cuando en 1879, el rey Alfonso XII unió las tres estancias de su madre, la reina Isabel II, tirando los tabiques que las separaban, para crear un salón de baile y un comedor de gala. Hasta el siglo XIX era habitual que los monarcas comieran en la antesala de sus habitaciones, una tradición, nacida en Francia con Luis XIV, que se denominaba “le petit couvert” (el pequeño cubierto), el monarca comía solo o con personas muy próximas a él. En cambio, en “le grand couvert” (el gran cubierto), que se llevaba a cabo igualmente en los aposentos privados, el monarca se reunía con su familia y algunas relevantes personalidades de la Corte, utilizandose para los banquetes y celebraciones especiales grandes salones que se acondicionaban especialmente para la ocasión. En España, se continuó haciéndolo de este modo, hasta diciembre de 1879, fecha en que se inauguró el Comedor de Gala, con motivo del segundo matrimonio del Rey Alfonso XII con la Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena.
 La rendicion de Granada - Franncisco Bayeu La Aurora en su carro - Antonio Rafael Mengs
Las pinturas que lo decoran son de Antonio Rafael Mengs (La Aurora en su carro) y de sus discípulos Antonio González-Velázquez (Cristobal Colón presentando el nuevo mundo a los Reyes Católicos) y Francisco Bayeu  (La rendición de Granada).
Mesa del Comedor de Gala del Palacio Real Vajilla del Comedor de Gala
En este espectacular marco, que el marqués de Lozoya calificó como “el comedor más bello de Europa”, tienen lugar en la actualidad, los almuerzos y cenas que los reyes de España ofrecen a las visitas de Estado, en torno a la soberbia “mesa imperial” con capacidad para un máximo de 140 personas.
Salas Gasparini 
Antecamara de Gasparini
Salón Gasparini 2 Salas Gasparini - Palacio Real
Son tres salas: saleta, antecámara y el salón, que reciben su nombre del artista que las diseño, el italiano Matías Gasparini. Se construyeron entre 1770 y 1775 en el estilo rococó imperante en el momento, con influencias chinescas. En la actualidad, se utilizan como salón de café y te durante las recepciones oficiales. Unas salas impactantes y de gran belleza, en las que destacan los suelos de mármol granadino taraceado, las paredes tapizadas en seda y plata y el mobiliario rococó, con un diván circular del siglo XIX, regalo de la Emperatriz Eugenia de Montijo a Isabel II, fabricado en los talleres de Thomire y Cía. Con tapicería de Aubussón, decorada con flores y las iniciales y cifras de Isabel II, el diván se remata con un monumental candelabro de bronce con escudos de España, sostenido por cuatro niños.
La apoteosis de Trajano - Antonio Rafael Mengs
En la bóveda del salón, pintada por Antonio Rafael Mengs, podemos ver el fresco titulado La Apoteosis de Trajano, donde aparece el emperador Trajano, sentado, con cetro y globo, en el momento de ser coronado por la Gloria. Ante él emperador están representados Hércules en pie y Mercurio volando sobre Pegaso.
Sala de Porcelanas
Sala de Porcelanas
La Sala de Porcelanas, presenta una decoración en la que se unen elementos neoclásicos, con motivos en relieve sobre fondo blanco, realzados por el oro y las distintas tonalidades verdes empleadas. Su techo forma un enrejado, compuesto por hojas de parra en cuyo centro puede contemplarse un medallón, que representa a Dionisos comiendo uvas, del que parten cuatro radios que enlazan con los motivos decorativos de cada una de las cuatro esquinas de la Sala.
Salón de Alabarderos.
Salon de Alabarderos
Fue concebido por Sachetti como salón de baile o comedor de gala, pero Carlos III lo convirtió en salón de la guardia de alabarderos que custodiaba el recinto, de ahí su nombre. La decoración está basada en un sencillo orden de pilastras toscanas y ramas de laurel realizadas en estuco. 
Venus encomendando a Vulcano que forje las armas para Eneas - Giovanni Battista Tiepolo
Destacan en esta sala los frescos que adornan sus muros, realizados por Tiepolo con temas de carácter mitológico: Eneas conducido al templo de la Inmortalidad por sus virtudes y victorias y Venus encomendando a Vulcano que forje las armas para Eneas. Está decorado con tapices de Bruselas del siglo XVI, tibores de porcelana china del siglo XVIII y piezas de porcelana de Sèvres.
Salón de Columnas 
Salón de Columnas - Palacio Real
El Salón de Columnas, recibe su nombre de la serie de pilastras lisas a base de columnas adosadas de fuste estriado, coronadas con la representación del Toisón de Oro que lo decoran.
Salón de Columnas - Tiepolo
La bóveda fue decorada por Sabatini en 1761, usando parejas de sátiros que sostienen medallones representativos de los cuatro elementos.
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Como curiosidades relativas a esta estancia, hay que destacar que, en este salón tuvo lugar el velatorio de la doña María de las Mercedes de Orleans y Borbón, primera esposa de Alfonso XII. Tambien en este salón era donde se celebraba, cada Jueves Santo, el ceremonial del Lavatorio y Comida de Pobres, durante el cual el rey y la reina, ante los Grandes de España, ministros, cuerpo diplomático y jerarquía eclesiástica, daban de comer y lavaban los pies a veinticinco pobres.
Firma del Tratado de Adhesión de España a la Unión Europea Capilla ardiente Franco
Fue también utilizado para instalar la capilla ardiente del general Franco tras su fallecimiento, ocurrido el 20 de noviembre de 1975, e igualmente fue en este Salón de Columnas donde, el 12 de junio de 1985 se llevo a cabo la firma del Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, en 1991 se celebro la Conferencia de Paz de Madrid y en 1997 la Cumbre de la OTAN. Tambien es en este salón donde suelen celebrarse los conciertos con los Stradivarius Palatinos de las Colecciones Reales.
Capilla Real
 La Capilla Real fue construida entre 1749 y 1757, por orden de Fernando VI, que encargó la obra al arquitecto Ventura Rodríguez, en detrimento del proyecto inicial presentado por Sachetti. Situada en el centro del lado norte de la planta principal del palacio, tiene su acceso desde la galería que rodea el patio central. 
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La planta del templo es elíptica, coronada por una cúpula de media naranja cuyos frescos fueron realizados por el pintor italiano Corrado Giaquinto. Los ángeles del tambor fueron realizados por Felipe de Castro. Sobre el altar mayor un cuadro de Bayeu, San Miguel triunfando sobre los demonios y en el altar del evangelio, La Anunciación, la ultima obra pintada por Mengs. El órgano de la capilla, fabricado en 1778, es obra de Jorge Bosch Bernatveri, una pieza única en su género por su gran perfección y adelantos técnicos para la época.
Real Biblioteca
Real Biblioteca
Tanto esta biblioteca, en su día de uso privado de los reyes de España y su familia, como la actual Biblioteca Nacional, se deben al impulso creador de Felipe V. La biblioteca privada se fue organizando poco a poco en el piso principal, en el ala del ángulo este. Al principio con los volúmenes aportados por el propio rey, unos 6 000 traídos de Francia, que se sumaron a los existentes en el viejo Alcázar. La colección se fue ampliando durante los sucesivos reinados, hasta llegar a la actualidad, en que se custodian unas 300.000 piezas, sobresaliendo entre sus fondos 263 incunables y 119.000 impresos de los siglos XVI al XIX. Además, entre sus fondos hay 4.755 manuscritos, 4.169 obras musicales, 1.027 piezas de fotografía histórica, 4.330 publicaciones periódicas, unas 7.000 piezas de cartografía y 10.000 del fondo de Grabado y Dibujo. 
Real Farmacia
La Real Farmacia que existe en la actualidad fue fundada como Museo de Farmacia en 1964. Las salas de destilaciones y las dos salas adyacentes a la farmacia fueron reconstruidas tal y como eran durante los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII.
Los albarelos (tarros de porcelana que usaban los boticarios para almacenar ingredientes y preparaciones) son anteriores y fueron realizados en las fábricas de La Granja y del Buen Retiro, existiendo también otros enseres fabricados en loza de Talavera en el siglo XVII. Cientos de albarelos de diferentes formas y tamaños que nos harán retroceder en el tiempo. Lo mejor, la recreación del laboratorio. 
Real Armería
Real Armería 2
La Real Armería del Palacio Real está considerada como una de las colecciones más importantes de su género. Conserva armas y armaduras pertenecientes a los reyes de España y a otros miembros de la familia real, desde el siglo XIII, en una gran y única sala, donde se exhibe una gran colección de armaduras tanto personales, como de bardas de caballos de los reyes de España, destacando las pertenecientes a los monarcas de la Casa de Austria, principalmente de Carlos V y de Felipe II. 
Real Armería Armadura de Carlos V
Una de estas armaduras es la que utilzó el emperador Carlos V en la batalla de Mulhberg, de la cual quedó fiel reflejo en el cuadro de Tiziano expuesto en el Museo del Prado. También se exponen piezas del Sultanato Nazarí de Granada, algunas de las cuales pertenecieron al último rey de Granada, Boabdil el Chico.
La espada Colada del Cid Campeador
Entre numerosos tesoros, conserva uno especialmente singular. Se trata de una espada hoy sin empuñadura, de brillante hoja, con dos filos, con 92,4 centímetros de longitud y 4,8 centímetros de anchura. Según Gaspar de Graci, autor del inventario de bienes regios, tal arma no es otra que la Colada, la otra espada de Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid Campeador”, y compañera inseparable de la Tizona.
La Galería de Pintura
El Palacio Real alberga una escogida Galería de Pinturas, situada en antiguos salones oficiales, despachos y habitaciones que en su momento ocuparon miembros de la Familia Real. En estas salas (9 en total) pueden verse instrumentos musicales, pintura flamenca y pintura española de los siglos XV al XX. 
Caballo Blanco - Velázquez El Conde Duque de Olivares - Velazquez
Obras de Velázquez , como su Caballo blanco o el Retrato del Conde Duque de Olivares son algunas de las pinturas protagonistas de la selección de pintura española del siglo XVII en donde también están presentes Francisco Rizzi y Antonio de Pereda.
Virgen con el Niño - Luis de Morales Isabel la Católica - Juan de Flandes
Mientras La Virgen con el Niño de Luis Morales y Retrato de Isabel la Católica de Juan de Flandes, son dos de las obras más destacadas de la sala dedicada a pintura flamenca. Goya, Mengs y Giaquinto son algunos de los artistas presentes en las salas dedicadas a pintores españoles de los siglos XVIII y XIX. 
La infanta Luisa Fernanda de Borbón - Federico de Madrazo
La segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX esta representada por obras como el Retrato del Príncipe de Asturias de Joaquín Sorolla, varios paisajes de Santiago Rusiñol y los Retratos de la infanta Luisa Fernanda realizados por Federico Madrazo.
Salome con la cabeza del Bautista.
Y un Caravaggio sobre el que ya he escrito en una entrada anterior: Salomé con la cabeza del Bautista.
Algunos datos curiosos, algunas cifras mareantes.
La primera piedra está colocada a 11 metros por debajo de la puerta principal. En un principio, el arquitecto Juvara, proyecto un palacio de enormes proporciones, que requería un espacio mucho mayor que el del antiguo Alcázar, por lo que debería haber estado situado en unos terrenos fuera de la puerta de San Bernardino. Un proyecto desmesurado, con veintitrés patios, treinta y cuatro entradas, grandes estancias para los Consejos y la Secretaría de Estado, biblioteca, iglesia, teatro… descartado rápidamente por Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio, ante el excesivo coste del mismo.
Campo del Moro (14)
El palacio consta de 50.000 m2, con 870 ventanas, 240 balcones y 44 escaleras. La Escalera de Embajadores diseñada por Sabatini, tiene 3 rampas paralelas de 5 metros de anchura cada una. El palacio es el mayor de toda Europa Occidental, ocupando una extensión de 135.000 m2.Tiene tres plantas y cuatro entreplantas, debajo y encima de cada una de las principales. Las fachadas del palacio miden 130 metros de lado por 33 de alto. Las 870 ventanas y 240 balcones se abren a fachadas y patio. En total el palacio posee unas 2.800 habitaciones. La mesa del comedor de gala tiene capacidad para 145 comensales.
Leyendas y misterios del Palacio Real de Madrid.
Los fantasmas de palacio.
Para encontrar el origen de la leyenda de los fantasmas del Palacio de Oriente, nos deberemos trasladar al siglo IX, a la conquista de Mayrit o Magerit por el califa de Córdoba Muhammad I, quien tras conquistar la plaza, que en realidad no era más que una antigua atalaya defensiva, ordena construir una fortaleza sobre una colina cercana al Manzanares. Una edificación que le permitiría vigilar los pasos de la sierra de Guadarrama, siendo a la vez el lugar desde el que partirían las razias contra los cristianos. Las crónicas de la época cuentan que los terrenos situados entre la Cuesta de San Vicente y San Francisco el Grande, estaban habitados por brujas y fantasmas que se aparecían a todo aquel que se adentrara por estos parajes, de modo que eran muy pocos los habitantes de Mayrit que se atrevían a acercarse por el lugar tras caer la noche.
Alfonso VI de Castilla
En 1085, Alfonso VI de Castilla, reconquista para la cristiandad Mayrit, mandando construir sobre la fortaleza musulmana el Alcázar y es a partir de ese momento cuando los fenómenos, digamos fuera de lo normal, empiezan a tener lugar de forma frecuente: obreros, artesanos y ciudadanos muertos en extrañas circunstancias, apariciones de seres fantasmagóricos, misteriosas desapariciones de obreros y materiales…  Y la leyenda de los fantasmas y los duendes cobra cada día más fuerza, afirmándose entre los habitantes de Mayrit, que, al verse expulsados de sus territorios, los espíritus, se habían conjurado para reclamar su justa venganza.
Real Alcazar - Aclamación Felipe V
Y de este modo, llegamos hasta el pavoroso incendio que se inició en la Nochebuena de 1734 y que durante 3 días redujo el Alcazar a cenizas. Las leyendas y crónicas afirman que, durante el incendio, se escuchaban algunas voces lastimeras y otras de gozo, cuando no había nadie dentro del palacio. Tras la total destrucción del Alcazar, en abril de 1738 comenzaron las obras de construcción del nuevo Palacio Real, y con las obras, llegaron de nuevo los fenómenos extraños. El capataz de las obras, juraba y perjuraba haber visto escalando la muralla a dos seres, mitad fantasmas, mitad demonios envueltos en sábanas. Como es lógico, al principio se pensó que el capataz no estaba en sus cabales, pero poco a poco todos los obreros empezaron tener las mismas visiones, hasta que uno de los trabajadores cayó al vació. Sus compañeros afirmaron, incluso juraron ante la Inquisición, que una enorme sombra que sobrevolaba sobre ellos había sido lo que había arrojado al vacio a su compañero. Felipe V,  decide entonces realizar un exorcismo, en el que el sacerdote oficiante, baño a todos los obreros en agua bendita, para posteriormente colgar de sus cuellos una gran cantidad de escapularios e imágenes de santos. Sin embargo los sucesos fuera de lo normal, no cesaron, los obreros se marchaban victimas de auténtico terror y la conclusión de las obras del Palacio Real se retrasaba cada día más y más.
El misterio de las estatuas.
Plaza de Oriente (28) Paseo de las Estatuas del Retiro
Las estatuas de reyes que se pueden ver alrededor de la plaza de Oriente y en el paseo de las Estatuas del Retiro, estaban pensadas, en un principio, para decorar la cornisa superior del Palacio Real. En el proyecto original dicha cornisa iba a estar decorada por 108 esculturas de gran tamaño, representando a los monarcas de los diferentes reinos relacionados con la monarquía española: América, Portugal, Castilla, Aragón, Asturias, Galicia y Navarra, así como los reyes de España desde Isabel y Fernando, los Reyes Católicos.
Isabel de Farnesio - Louis-Michel van Loo (c. 1739). Óleo sobre lienzo, 150 cm x 110,00 cm Museo del Prado (Madrid).
A día de hoy no está clara la razón por la que, finalmente, no se colocaron en la ubicación prevista inicialmente. Se dice que, tal vez, el enorme peso de todas ellas habría podido afectar la estructura del edificio, aunque una segunda teoría, afirma que la viuda de Felipe V y madre de Carlos III la reina Isabel de Farnesio, muy supersticiosa y de carácter impresionable, tuvo pesadillas en las que veía como un terremoto provocaba que las estatuas cayeran sobre ella aplastándola. La reina afirmaba, que, estos sueños eran una premonición sobre el final de la monarquía, de modo que rogó a su hijo, que mandara colocar las estatuas en otro lugar, donde no hubiera peligro de caída. Consultado un vidente, éste aseguro a la reina, que no se trataba de un terremoto, sino que eran los fantasmas y espíritus, que habían regresado en busca de su venganza.
Palacio Real - Plaza de la Armeria 1887
De este modo, las estatuas nunca se colocaron, ni sobre la cornisa, ni en ningún otro emplazamiento, quedando almacenadas en los sótanos de palacio hasta que Isabel II, decidió repartirlas, no solo por Madrid, sino por toda la geografía Española. Algunas de ellas podemos verlas en la plaza de Oriente, frente al Palacio Real, otras en los Jardines de Sabatini, algunas más en el paseo de las Estatuas del Retiro y las menos, pero eso sí, las mas viajeras, llegaron hasta Vitoria o Pamplona o El Ferrol.
Palacio Real - Cornisa
Finalmente, tras la restauración del edificio, iniciada en 1970, algunas de estas estatuas se colocaron en el lugar para el que en principio fueron proyectadas.
Los túneles de palacio
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Bajo la plaza de Oriente se descubrieron durante las obras de remodelación de la plaza una serie de túneles que conectaban el Palacio Real con el Monasterio de la Encarnación, construido en 1612 como fundación Real de la Casa de Austria. Este pasadizo, que figuraba como Pasadizo de la Encarnación en el plano de Pedro de Texeira del siglo XVII, arrancaba en las cocinas del Alcázar y permitía a los miembros de la Familia Real acudir a los actos religiosos, sin necesidad de pisar la calle. El esplendor de este pasadizo de amplias galerías, iluminadas con hachones impregnados de brea, fue resaltado mediado el siglo XVII por el nuncio papal Barberini, que detalló las obras de arte, rubricadas por pintores de la Corte, que decoraban sus muros. Una leyenda asegura que una parte de estas galerías permanecía inundada por el agua y servía para que, embarcado en una góndola, Felipe IV se desplazara por ella para acudir a sus encuentros amorosos con una novicia enclaustrada en el cercano convento de la Encarnación, un rumor, sin duda consecuencia del hecho de que, el monarca ya era tristemente célebre por haber intentado seducir a una religiosa del convento de San Plácido, que se fingió muerta para huir de su regio acosador.
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Pero no es el único pasadizo que partía del Palacio Real. Hubo otro que enlazaba con el Teatro Español, construido sobre los terrenos que había ocupado el Monasterio de Santa Ana, derribado por orden de José I Bonaparte. Los sótanos del teatro conservaban la cripta funeraria del convento, y a través del bar del nuevo edificio, se podía acceder a su antecámara por tres pasillos, de los que, uno tenía acceso al palco normalmente utilizado por el rey y los otros dos a edificios religiosos del Barrio de las Letras. Todavía existe parte de un tramo de este túnel que unía el Palacio Real con la plaza de la Paja y en la calle Segovia y bajo el Palacio de Anglona existe otro tramo muy ancho, lo que permite suponer que circulaban coches de caballos.
AlfonsoXII
También en las inmediaciones del Palacio Real adquirieron fama los túneles por los que, el rey Alfonso XII salía de incógnito a visitar la ciudad. “Quién será ese buen mozo quién será, con la capa de seda… no es el número uno ni es el número dos, es el número doce por la gracia de Dios”, decía la coplilla que aludía a las salidas secretas del joven monarca. Una de las bocas de esta serie de tuneles y pasadizos secretos iba a dar a lo que mas tarde sería un restaurante-cava, en la calle del Factor, el mesón Torre-Narigües, hoy desaparecido.
Tunel Bonaparte Campo del Moro
En los jardines del Campo del Moro, se ve aún la trampilla de la boca de un pasadizo que unía los jardines con la estación de Principe Pio y la Casa de Campo y un segundo túnel, hoy cegado y sepultado a causa de las obres de soterramiento de la M-30 fue empleado por José I Bonaparte para acceder al palacete de los Vargas, junto a la puerta del Rey de la Casa de Campo, un antiguo pabellón de caza donde el monarca impostor se sentía más seguro que en palacio y donde el monarca, disfrutaba junto a una actriz de renombre, amante suya. Puede que este túnel, fuera el mismo que utilizó el rey Alfonso XIII, cuando se proclamó la II República, para salir de palacio, llegando hasta la Casa de Campo. Por último, aunque esto no se ha podido comprobar, se afirmaba que existió otro túnel, que permitía acceder al cuartel de la Guardia Real del Conde Duque, por el que se decía que podían circular coches de caballos.
Seis consejos muy útiles, a la hora de programar la visita al Palacio Real.
Campo del Moro (14)
Entrada gratuita: de lunes a jueves, a partir de las 16 horas en invierno y de las 18 horas en verano. Aunque en caso de querer realizar la visita guiada, tendréis que pagar como cualquier otro día.
Palacio Real 1
Los lunes: suele haber colas, debido a que el Palacio Real es uno de los pocos monumentos abiertos al público ese día, en el que la mayoría permanecen cerrados.
Guardia Real (1) Guardia Real (2)
Los miércoles: el mejor día para visitar el Palacio Real, ya que tendréis ocasión de asistir a los Cambios de Guardia que, a lo largo de la mañana, tienen lugar en la puerta que da a la calle Bailén, frente a la plaza de Oriente. Y en la plaza de la Armería, los primeros miércoles de cada mes, excepto los meses de verán y salvo imprevistos debidos al clima o la celebración algún acto oficial, tiene lugar el Relevo Solemne de la Guardia del Palacio Real, una ceremonia que se lleva a cabo, tal y como se hacía a diario en tiempos de Alfonso XII y Alfonso XIII, los dos últimos monarcas que vivieron en el palacio. Para disfrutar de este auténtico espectáculo, se habilitan gradas para ver desfilar lanceros y alabarderos y diversas piezas de artillería. Un total de más de 400 personas y 100 caballos que escenifican el relevo de la guardia mientras la Unidad de Música de la Guardia Real interpreta música militar. Dos horas bien empleadas de las que no os arrepentiréis.
Palacio Real
Visita guiada: es la mejor forma de conocer el edificio en profundidad y con todo lujo de detalles, y más que recomendable si deseas recorrer los Salones Oficiales del palacio. Dura aproximadamente 45 minutos y una vez finalizada, nada os impedirá continuar con la visita por vuestra cuenta. Creedme, merece la pena.
Caballerizas Reales 2
La Real Armería, la Real Farmacia y la Galería de Pinturas: No debéis dejar de visitar estas dependencias del Palacio Real, cuyas entradas se compran aparte, son muy recomendables, en especial la Real Armería, donde se halla expuesta la colección más importante del mundo (junto a la de Viena) de armaduras medievales.
Campo del Moro (7) 
Los jardines: Si tienes la suerte de disfrutar de uno de esos días de cielos azules y limpios que con frecuencia nos regala Madrid, no dejéis de pasear por los jardines que rodean el palacio, los Jardines Sabatini y los del Campo del Moro, dos auténticos oasis de verdor y tranquilidad, a tan solo unos pasos del bullicio de esta gran ciudad que es Madrid.
Palacio Real de Madrid
Dirección: Bailén, s/n
Metro: Ópera – L2 y L5
Autobuses: 3, 25, 39 y 148
Cercanías: Príncipe Pío

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