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Mostrando entradas de noviembre 18, 2016

Y los muertos aquí lo pasamos muy bien, entre flores de colores…

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La costumbre de enterrar a los fallecidos en el interior de las iglesias parece ser que se inició en el siglo XIII. Cuanto más importantes o ricos eran, más cerca del altar eran enterrados. Se creía firmemente que, si eras enterrado lejos de la iglesia, también estabas lejos de Dios, de modo que con el paso de los años surgió un grave problema de falta de espacio, por lo que cada cierto tiempo se realizaba la llamada “monda de cuerpos”, una práctica que consistía en exhumar los cadáveres para trasladar los huesos al osario del templo . Ya en la segunda mitad del siglo XVIII, los médicos ilustrados comenzaron a insistir en la necesidad, por motivos de higiene y salubridad, de crear cementerios extramuros para realizar los enterramientos, lo que, unido al crecimiento demográfico y el aumento de las defunciones acabo con la arraigada costumbre de los enterramientos en los templos y atrios. En este contexto histórico, social y cultural sería cuando la se comenzó a regular los enterra