En 1948, con una España aun desgarrada y arruinada por la tragedia de la Guerra Civil, una España de cartillas de racionamiento y mercado negro, con una inflación desbocada y un gran déficit comercial con el exterior, sumida en la pobreza y el malestar social, sin olvidar la represión del régimen, al general Franco, no se le ocurrió nada mejor, que encargar tres, no uno, no ¡¡¡Tres!!! Rolls-Royce Phantom IV, el summum del lujo automovilístico de la época. Un automóvil pensado y fabricado para reyes y jefes de estado, del que únicamente se fabricaron 18 ejemplares, de los que estos tres, acabaron en España por obra y gracia del general.
Estos magníficos ejemplares de Rolls-Royce Phantom IV, descansan en las cocheras de El Pardo, perfectamente conservados y listos para arrancar al momento, como parte de una de las colecciones de automoviles de Estado más importantes del mundo, tanto por su exclusividad como por su calidad. Los Rolls-Royce de Patrimonio, dos de ellos con carrocería cerrada y un tercero con carrocería descapotable, fueron fabricados de forma absolutamente artesanal por la firma británica H. J. Mulliner & Co. y tardaron cuatro años en llegar a Madrid.
Los tres Rolls-Royce Phantom IV fueron entregados en Madrid por este orden:
1 – Chasis 4-AF-18 – Descapotable para 5 pasajeros con tapicería verde de cuero. Carrozado por H. J. Mulliner & Co. Blindado en la parte trasera. Entregado el 28 de Marzo de 1952. Se trata de un ejemplar único.
2 – Chasis 4-AF-14 – Carrocería cerrada tipo limusina para 5 pasajeros. Carrozado por H. J. Mulliner & Co. Blindado en la parte trasera. Entregado el 13 de junio de1952.
3 – Chasis 4-AF-16 – Carrocería cerrada tipo limusina para 7 pasajeros. Carrozado por H. J. Mulliner & Co. Blindado en la parte trasera. Entregado el 4 de Julio de 1952.
En cuanto al resto de los 18 Phantom IV fabricados, cabe destacar que, el primero de todos, finalizado en 1950, fue un regalo para la entonces princesa de Gales, la futura Isabel II de Inglaterra, y su esposo, el duque de Edimburgo. El segundo se lo quedó la fábrica y hasta finalizar la serie fueron entregados entre 1950 y 1955, al shahinshan de Irán, el emir de Kuwait, la duquesa de Kent, las tres unidades que llegaron a España, el Aga Khan, Talal al Saoud Ryal, de Arabia Saudí, el rey Faisal II, el príncipe regente de Irak, dos la reina Isabel II y otras tres unidades para el emir de Kuwait. La última unidad fabricada fue para el sha de Persia.
El Rolls-Royce Phantom IV está propulsado por un motor de ocho cilindros en línea de 5,6 litros que rinde alrededor de 160 CV. Su chasis fue desarrollado a partir del primer modelo de posguerra fabricado por Rolls-Royce, el Silver Wraith, convenientemente reforzado y alargado, pasando 145 pulgadas (368,30 cm) a 229 (581,66 cm) de distancia entre ejes.
El vehículo elegido inicialmente, para que los reyes D.Felipe y Dª. Letizia recorrieran las calles de Madrid en el día de la proclamación de Felipe VI como monarca ha sido el mismo que utilizaron el día de su boda, en 2004, para desplazarse desde la Catedral de La Almudena hasta la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, una de las limusinas cerradas, que en un principio, iba a ser el utilizado tanto para llegar hasta el Congreso de los Diputados, como para, una vez finalizada la ceremonia de proclamación trasladarse hasta el Palacio Real, recorriendo las calles de Madrid.
Escoltados por la guardia motorizada de la Guardia Civil, se han dirigido a bordo de este lujoso automóvil desde el complejo de La Zarzuela hasta el Congreso de los Diputados, pero tras abandonar la cámara baja, y para sorpresa de todos los presentes, y en contra de las recomendaciones de Interior, los ya reyes de España, han decidido utilizar el descapotable, para de esta manera, poder saludar de forma más cercana a los numerosos ciudadanos presentes a lo largo del recorrido hasta el Palacio Real, pasando por el paseo del Prado, la calle Alcalá, Gran Vía, plaza de España y, finalmente, la plaza de Oriente.
Creo que merece la pena destacar, que el descapotable de cinco plazas desde el que en el que S.S.M.M. Felipe VI y Dª Letizia, han saludado a los españoles tras la ceremonia de proclamación celebrada en el Congreso de los Diputados ha recuperado, afortunadamente, su aspecto original, después de que la empresa madrileña Imaho Blindajes retirara la capota de tela, fabricando y colocando un techo acristalado blindado, una auténtica aberración, que, felizmente, ha podido ser revertida, volviendo a instalarse la capota original.
Y un último dato curioso: las 18 unidades fabricadas del Phantom IV, lucen orgullosas sobre su imponente radiador en forma de templo griego, la famosa estatuilla símbolo de la marca, el Espíritu del Éxtasis, pero en esta serie exclusiva, la vemos de rodillas y no de pie, ligeramente inclinada hacia adelante, como es habitual, sin duda una muestra de respeto ante los ilustres pasajeros del exclusivo modelo.
Me gustaría aprovechar esta entrada para aclarar un error, que se ha cometido y repetido hasta el aburrimiento en las redes sociales, donde alegremente se afirmaba que el Rolls-Royce Phantom IV utilizado por D. Felipe y Dª Letizia, había sido un regalo de Hitler a Franco. Señores, por favor, antes de twittear, o publicar en Facebook, o donde más les guste, no estaría de más informarse, e informarse bien. A no ser que haya intenciones, digamos ocultas, en cuyo caso, por prudencia, me abstengo de opinar.
En primer lugar, Rolls-Royce Motor Cars, en la época de la que estamos hablando, era una empresa absolutamente british (hoy día es propiedad de BMW), y por tanto, es del todo absurdo pensar que un dictador alemán como Adolf Hitler, hubiera podido regalar un vehículo de fabricación británica. Absolutamente improcedente.
En segundo lugar, el automóvil, o los automóviles de los que estamos hablando, se presentaron en 1948, cuando hacía ya 3 años que Hitler se había suicidado, junto a su amante Eva Braun, en el bunker de Berlín, ante la inminente entradas de los ejércitos de la Unión Soviética en la capital de Alemania. Por tanto, es imposible.
Lo que si regaló el más sangriento y cruel dictador de todos los tiempos al general Franco en 1940, fue un magnífico ejemplar de Mercedes-Benz todo terreno con tres ejes: el Mercedes-Benz W3 1 typ G4 (la G viene de “gelandewagen”, vehiculo todoterreno), un vehículo que nunca llego a comercializarse de forma regular, y del que únicamente se fabricarían, 57 unidades entre 1934 y 1939, que fueron destinadas en su mayoría, a las más altas autoridades del régimen nacionalsocialista.
El ejemplar, que se conserva en perfecto estado en El Pardo, es uno de los cuatro que han sobrevivido. Se sabe que Hitler dispuso al menos de dos para su uso exclusivo, y que regaló otro al dictador italiano Benito Mussolini, que desapareció durante la II Guerra Mundial. El G4 está propulsado por un motor de 8 cilindros, con una potencia de 230 caballos, consumía 40 litros de combustible cada 100 km, debido a su elevado peso. La velocidad máxima era de 67 km/h y su autonomía de 300 km. Su peso: ¡¡¡3,5 toneladas!!!
¡Este si fue el vehículo, que Adolf Hitler regaló al general Franco!
Y desde luego, éste no iba a ser el que S.S.M.M. Felipe VI y Dª. Letizia, utilizaran en su proclamación como reyes de España, por razones prácticas y estéticas, pero sobre todo, por tratarse de un automóvil con semejante historia a cuestas sobre sus tres ejes.
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