El Hotel Palace. Historia, curiosidades y anécdotas de un establecimiento centenario.
En los hoteles siempre ocurren cosas, hechos curiosos, anécdotas, que despiertan la curiosidad de los ciudadanos. Quien estuvo alojado y en que habitaciones, que acontecimientos tuvieron lugar y porque, en sus salones, o incluso dramas personales debidos a guerras, incendios o derrumbamientos. El madrileño Hotel Palace es uno de esos hoteles con muchas historias que contar.
Por sus salones y habitaciones han pasado personajes tan carismáticos como García Lorca, Unamuno, Einstein, Buñuel, Picasso, Dalí que se alojaba en la suite 136 con su inseparable Gala, Hemingway, Pavarotti, Borges, Zuloaga, Camba, Blasco Ibáñez, Maria Curie, Nijinsky, Diaghilev, Stravinsky, Kokoschka, Einstein, los toreros Juan Belmonte, El Gallo y Manolete, Orson Welles, Rod Stewart… una lista realmente interminable.
También el Rey del Pop, Michael Jackson, paso por el Palace y como anecdota curiosa pidió que en sus habitaciones se instalase una tarima para poder practicar sus pasos de baile. Además, el cantante se trajo su propio chef que se encargaba de prepararle sus menús especiales. Ya se sabe, exigencias y manías de los famosos, como cuando Salvador Dalí pintó algunas habitaciones del hotel. Un arte realmente efímero, ya que cada vez que el genio de Cadaqués daba rienda suelta a su espíritu creador, la camarera de pisos los borraba. ¿Os imagináis lo que valdrían ahora?
Un hotel con mucha historia
Se puede afirmar sin temor a equivocarse, que mientras el hotel Ritz fue siempre el hotel de la realeza y la aristocracia, el Hotel Palace era el hotel de los intelectuales y los artistas, como iremos viendo a continuación.
El Hotel Palace, actualmente The Westin Palace Madrid, fue construido en el año 1912 en el solar del palacio de los duques de Medinaceli de la Carrera de San Jerónimo de Madrid, que había sido derribado en 1895, a instancias del rey Alfonso XIII con el objetivo de dotar a la capital de un establecimiento hotelero digno de recibir a la alta sociedad, ya que hasta esa fecha, tan solo el vecino Hotel Ritz, inaugurado dos años antes, y el Gran Hotel de París en la cercana Puerta del Sol (la actual Apple Store) eran lo suficientemente lujosos, refinados y modernos para las cada vez mayores exigencias de artistas, intelectuales y miembros de la aristocracia y la alta burguesía, en sus visitas cada vez más frecuentes a la capital de España desde que en 1883, la compañía Wagons Lits inaugurara el trayecto ferroviario París-Madrid.
Hay que tener en cuenta que hasta aquel momento, Madrid con sus fondas, posadas y pensiones, que constituían la práctica totalidad de la oferta hotelera de la capital, no ofrecía a los visitantes de las clases más pudientes las condiciones de comodidad a las que estaban habituados. De hecho lo habitual era disponer únicamente de un inodoro por planta, así que normalmente la aristocracia y la alta sociedad europeas en sus visitas a Madrid se alojaban en mansiones y palacetes particulares, un hecho que D. Alfonso XIII pudo comprobar con ocasión de los actos de su coronación en 1902 y en la celebración de su boda con Victoria Eugenia de Battemberg en 1906.
Era evidente que Madrid necesitaba ponerse al mismo nivel que las grandes capitales europeas y así llegaron primero el Ritz y luego el Palace, para solucionar, en parte, esa gran carencia de la capital de España.
Construcción del edificio.
En 1910, una vez elegido el emplazamiento y adquirido el solar, Georges Marquet, un empresario belga dueño de una cadena de hoteles en la Costa Azul, eligió el proyecto presentado por el arquitecto catalán Eduard Ferrés i Puig, mientras que para la ejecución de los trabajos fue elegida la empresa Construcciones y Pavimentos, S. A., colocandosé la primera piedra el domingo 9 de julio de 1911.
En la construcción del edificio, con sus cuatrocientas habitaciones, se empleó un innovador material, el hormigón armado, que permitió que fuera finalizado en tan solo dieciocho meses. Finalmente el flamante, lujoso y moderno Hotel Palace, abrió sus puertas al público el 12 de octubre de 1912 con la presencia del presidente del Gobierno, José Canalejas, justo un mes antes de que este último fuera asesinado de tres disparos, mientras miraba el escaparate de la Librería San Martín situada en la Puerta del Sol.
D. Alfonso XIII y Dª. Victoría Eugenia también asistieron a la inauguración, pero declinarón graciosamente su asistencia a los actos que debían celebrarse a continuación, debido al luto por el reciente fallecimiento el 15 de septiembre, de la infanta María Teresa a causa de complicaciones en el parto. El acto inaugural fue amenizado por la Orquesta Sinfónica de Madrid y la tiple Elvira Hidalgo, ocupándose al completo los cuatro grandes salones de que disponía el hotel: Medinaceli, Neptuno, Cortes y Francés. En cuanto al menú que se sirvió, éste consistió en: consomé de ave, cigala con lenguado estilo Newburg con arroz pilaf, tournedó Masena, codorniz Souvarci con judías verdes al vapor, bomba Aida, café y mignardises.
Y para atender a los 800 huéspedes que podía alojar el hotel, una plantilla de más de 600 trabajadores estaba siempre disponible.
Desde ese mismo momento, el Hotel Palace se convirtió en el lugar de referencia y encuentro para la mejor sociedad de Madrid. Fue todo un acontecimiento, un despliegue de modernidad y lujo.Ascensores, teléfono con línea exterior a la calle en las habitaciones, interfonos que comunicaban con la recepción. ¡Y Todas sus habitaciones disponían de inodoro y agua caliente!
El edificio esta estructurado en tres partes: zócalo, cuerpo y corona. El zócalo tiene como función nivelar la planta del hotel sobre el desnivel existente entre la calle del Duque de Medinaceli y la Plaza de Neptuno. En él estuvieron la cervecería alemana y La Brasserie, pero tambien un cine, galerías comerciales, bombonerias, oficinas de viajes, incluso un planetario. El cuerpo del edificio esta definido por las cuatro fachadas del hotel, decoradas con una elegancia sencilla y discreta sin demasiadas estridencias, con una estética de clara inspiración parisina. En cuanto a la corona, que es la parte menos visible del hotel, esta formada por cuatro torreones, uno en cada esquina, cada uno rematado por una cúpula.
Y sobre la cubierta en forma de mansarda, nos encontramos el gran letrero luminoso donde podemos leer PALACE HOTEL. Once letras de neón que desde 1912 iluminan la plaza de Neptuno y la noche madrileña con su luz rosada.
Tras más de cien años de vida y varias reformas en las que se ha tratado de respetar al máximo su espíritu y su esencia originales el edificio del Hotel Palace ha sido finalmente declarado Bien de Interés Cultural.
Un poco de historia
Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, personalidades y espías procedentes de los países del conflicto se refugiaron en el Palace, donde se comerciaba con todo lo imaginable: armas, alimentos, animales, minerales… secretos. Incluso Mata Hari se hospedó en el hotel utilizando un nombre falso para salvaguardar su identidad.
En los felices años 20, los años de la Belle Epoque, la gente estaba avida de diversión tras el drama de la Gran Guerra y el Palace recupero rápidamente su puesto de honor entre la alta sociedad madrileña. Picasso, Sara Bernhardt o la artista de variedades Anita Delgado, que acabo contrayendo matrimonio con el maharajá de Kapurtala.
Veladas de boxeo, combates de esgrima o bailes de señoritas, siempre atentamente vigiladas de cerca por sus madres o por sus carabinas, fueron algunos de los eventos que el Hotel Palace celebraba frecuentemente en sus lujosos salones. Pero los buenos años pasaron demasiado deprisa, terminando bruscamente con el estallido de la Guerra Civil y nada más finalizar ésta de la Segunda Guerra Mundial. Europa volvía a estar en llamas y el Palace se convirtió de nuevo en lugar de refugio para aquellos que trataban de huir de los horrores de la guerra, guarida de espías y de comerciantes digamos, poco ortodoxos, igual que había ocurrido durante la Gran Guerra.
En los primeros compases de la Guerra Civil, el place se convirtió en guarderia infantil y la primera planta del hotel fue reconvertida en sede de la embajada de la Unión Soviética, hasta que el 4 de noviembre de 1936 el Gobierno instaló en el edificio el Hospital de Base nº 1, un hospital de sangre originalmente situado en Carabanchel que por su proximidad al frente fue trasladado al centro de la ciudad, y cuando no había electricidad a causa de los bombardeos, las intervenciones quirúrgicas se realizaban aprovechando la luz que entraba por la cúpula del salón de baile. Durante esos años, sólo se hospedaron en el hotel 89 clientes, y 50 empleados que vivían en el hotel con sus familias pasaron a ser camilleros y auxiliares de sanitarios. Al finalizar la Guerra Civil, George Marquet recuperó la propiedad del hotel acometiendo las obras de reparación del edificio, que había resultado seriamente dañado dañado por los bombardeos y por su uso como hospital de campaña. Sólo se había salvado parte de la cubertería y algunos objetos de plata guardados por el comité de trabajadores del hotel. Pero como un nuevo Ave Fenix el Hotel Palace resurgió de sus propias cenizas, volviendo a abrir sus puertas el 1 de octubre de 1939.
En los años 50, el Hotel Palace recuperó su ambiente más cosmopolita y alojó a la mayoría de los actores y actrices norteamericanos que pasaban por Madrid, como Rita Haiworth, Tyrone Power, Ava gardner, Cary Grant o Lauren Bacall. Sin duda una época esplendorosa y llena de glamour, una época en la que la cultura y el arte llenaban los salones del renacido Hotel Palace. En los años 60 y 70 la plantilla del Palace aumentó hasta los 1.000 empleados, ante el notable incremento del número de turistas que nos visitaban y se instalo aire acondicionado en todas las habitaciones.
El 23 de febrero de 1981, el Palace fue el lugar escogido por los periodistas como base de operaciones, debido a su inmejorable situación frente al Congreso de los Diputados, y en sus salones tuvieron lugar importantes reuniones entre dirigentes militares opuestos al golpe y altos cargos del Estado que no se encontraban retenidos en el hemiciclo y el 28 de octubre de 1982, Felipe González y Alfonso Guerra saludaron juntos desde uno de los balcones del Palace para celebrar el histórico triunfo del Partido Socialista Obrero Español.
Curiosodades y anécdotas
Los muros del Palace guardan secretos inconfesables y anécdotas de lo más curiosas.
El primer cliente, el belga Leopold Ghende, pagó 7,50 pesetas por una noche y fue inscrito en el libro de registro el 21 de septiembre de 1912, ya que el hotel abrió sus puertas antes de la inauguración oficial.
La visión empresarial de Marquet, propietario del Hotel Palace, hizo que se diera cuenta de que la proximidad del Ritz podía restar clientela a su negocio, de modo que el audaz empresario no lo dudó y adquirió el Ritz. Ambos hoteles serían de su propiedad hasta 1977, y fue el propio Marquet quien oriento el Ritz a un público, digamos más selecto mientras hacía el Palace se convertía en el hotel más cosmopolita de Madrid.
En la Brasserie, una de las primeras cervecerías de Madrid, si no la primera, se reunian frecuentemente Garcia Lorca, Dalí y Buñuel, que por aquel entonces eran compañeros en la Residencia de Estudiantes. En el hotel se conserva una nota autógrafa de Lorca y Dalí, con membrete de este local, en la que solicitan ayuda Claudio de la Torre para que Buñuel pueda regresar a Zaragoza, ya que se había gastado todo su dinero durante su estancia en Madrid.
Una de las anécdotas más curiosas tuvo lugar el día en que uno de los conserjes avisa al director de que un cliente muy importante, llegado al hotel hacía breves momentos, tiene un problema muy serio y asegura que si no se lo solucionan se irá a otro hotel. Él cliente en cuestión requería los servicios de un ladrón. El intrigado director, le pregunta para que necesita un ladrón, a lo que el cliente, británico por más señas, con un humor muy ingles, contesta con la flema británica que era de esperar, que ha perdido las llaves de sus maletas de lujo y quiere que se las abra el mejor “profesional” para no estropearlas. Naturalmente el ladrón no apareció en ningún momento por el Palace, pero si un buen cerrajero que soluciono el problema. El cliente, ni que decir tiene que siguió alojado en el Palace.
Luciano Pavarotti se hacía acompañar de su propio cocinero que bajaba a la cocina, de 550 metros cuadrados, para guisar a su jefe la pasta tal y como le gustaba o un pollo, que se tenía que asar entero y Pavarotti rechazaba si por equivocación se lo servían troceado.
En otra ocasión un cliente que quería un piano blanco a las dos de la mañana, o la reacción de Mariah Carey el día que llegó al hotel y se encontró con cerca de 200 fans en la puerta principal. La cantante, sin dudarlo ni un instante les prometió los invitaría a una merienda. Como es lógico no se lo creyeron, pero al entrar Mariah pidió que se preparara un refrigerio para 200 personas en un salón al que poco después bajó para merendar y charlar con sus fans durante un rato.
Anécdotas impagables que solo un hotel con la historia del Palace puede contarnos. 100 años de historia, curiosidadades, anécdotas, secretos, intrigas y lujo, mucho lujo.
En la actualidad The Westin Palace Madrid cuenta con 467 habitaciones y suites, gimnasio, 20 salones con un total de 2.400 m2, los restaurantes La Rotonda, Asia Gallery y Green Tea Sushi Bar y el 1912 Museo Bar.
“El Palace es como una vieja dama y su aspecto más bello es el recuerdo, las tertulias que han tenido lugar en el hall, en el bar o en las esquinas, entre grandes literatos y gente de la cultura. Esto forma parte de la historia de la ciudad y del país, una historia silenciosa”
https://citricamultimedia.com/que-fue-la-revolucion-inglesa/
ResponderEliminarLas grandes revoluciones han venido como consecuencias de momentos históricos que han generado un antes y un después en la humanidad. Por supuesto que de esto también se han podido generar consecuencias que son las que han generado grandes cambios en el mundo.