Las temporales del Thyssen: Renacimiento en Venecia, Sonia Delaunay y Madama Butterfly

Este verano, el Museo Thyssen–Bornemisza nos ofrece tres interesantes exposiciones temporales, una de ellas de pequeño formato, que nos trasladarán a Venecia, París y Japón, exponiendo en sus distintos espacios pintura, escultura, fotografía, artes decorativas, objetos de colección, moda, diseño, textiles… Además, Madrid tendrá un protagonismo especial en dos de ellas. Una oferta realmente interesante que no deberíamos perdernos.

El Renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura

El museo Thyssen-Bornemisza presenta una exposición dedicada a la pintura veneciana del siglo XVI.  Una selección de obras maestras de artistas como Tiziano, Tintoretto, Veronés o Lotto, entre otros artistas, procedentes de importantes colecciones y museos, como el madrileño Museo del Prado, la Galleria dell´Accademia de Venecia, la Fondazione Accademia Carrara de Bérgamo, el Palazzo Pitti de Florencia, el Louvre de París, la National Gallery de Londres o el Kunsthistorisches de Viena. La exposición, comisariada por Fernando Checa, exdirector del Prado y catedrático de Historia del arte de la Universidad Complutense de Madrid, es una reflexión sobre el arte veneciano a lo largo del siglo XVI, esencial para la comprensión de la historia de la pintura. 
Desde la importancia del color y la observación del natural a través de la imagen, con la belleza como principal argumento, hasta llegar a la destrucción de la pincelada y el color. Retratos, pastorales, temas mitológicos y religiosos, que permitirán al observador descubrir la evolución de la pintura veneciana a lo largo del Cinquecento, a través de las ochenta y nueve obras escogidas para la muestra, que se presenta al visitante dividida en ocho secciones:
Oriente y Occidente: la ciudad más bella del mundo
El visitante se encuentra en primer lugar con la “Vista de Venecia”, de Jacopo de’Barbari, de 1500, la primera vez que una ciudad se representaba a vista de pájaro de manera realista.


Mención especial merecen “San Juan bautista predicando” de Veronés  y el grupo escultórico de “La Anunciación” realizado por  Sansovino .
Venecia y el sueño del clasicismo
La segunda sección muestra el deseo de renovación de la ciudad medieval, cuya arquitectura gótica o bizantina tenía que ser sustituida por el clasicismo, presente en las ruinas del “Retrato de un hombre” de Veronés.                    

Las obras expuestas en esta sala, nos permitirán conocer como arquitectos, humanistas, editores y coleccionistas estudiaron los textos clásicos, como el “Tratado de arquitectura” de Vitruvio, el único conservado desde la Antigüedad, a la vez que escribían nuevos tratados como los de Sebastiano Serlio o Vincenzo Scamozzi, retratado por Veronés, expuesto junto al retrato de Giovanni Bressani pintado por Battista Moroni.
Belleza y melancolía del Renacimiento veneciano


En esta sala se pone de manifiesto el sentimiento de la joven belleza melancólica y lírica, con retratos de Lorenzo Lotto, Giorgione, Bernardino Licinio o Giovanni Cariani, evocación de una Antigüedad utópica expresada en el libro de Francesco Colonna “Hypnerotomachia Poliphili”, publicado por Aldo Manuzio en 1499, el más hermoso libro impreso en el Renacimiento.
Imágenes venecianas de la mujer

La tercera sección de la muestra explora la pintura veneciana en torno a la belleza, que culmina con la imagen de la mujer y el retrato idealizado, con obras de Palma El Viejo, Tiziano o Veronés. En este apartado se encuentra el impresionante “Rapto de Europa” de Veronés, procedente del Palacio Ducal de Venecia.

También están presentes tres ejemplos de la “Magdalena penitente” de Tiziano, entre ellas la realizada para el cardenal Farnesio, procedente del Museo de Capodimonte en Nápoles, y una de las obras maestras de su periodo tardío, de la que se asegura que Tiziano murió abrazado a ella.


Venus, la diosa del amor y la belleza, está presente en las obras “Venus y Cupido” de Lambert Sustris y “Venus y Adonis” de Veronés, expuesta junto a su pareja, “Céfalo y Procris”.


Completan esta sala una serie de retratos de mujeres realizados por Tiziano, Palma “El Viejo” o Veronés, entre otros artistas.
El brillo del poder
La cuarta sección analiza la imagen de la autoridad política, a través de los militares con sus brillantes armaduras y los palacios con su lujosa decoración. Entre las obras presentes en esta sala destacan el retrato de “Francesco María della Rovere”, de Tiziano, el “Joven caballero en un paisaje” de Carpaccio, una de las obras esenciales de la colección permanente del Thyssen.


Están también presentes en esta sala, el “retrato del conde Iseppo da porto con su hijo Adriano, de Veronés o el “Retrato de Francesco María della Rovere, duque de Urbino”  realizado por Tiziano o “Perseo armado por Mercurio y Minerva” de Bordone.
Pastorales venecianas


En esta sala cuelgan una serie de imágenes bellas e idealizadas, cargadas de simbolismo y solemnidad, nos muestra una serie de pinturas de Sebastiano del Piombo, Lorenzo Lotto o Palma el Viejo, paisajes y entornos que se utilizan igualmente para enmarcar la devoción, como hizo Tiziano en su “Virgen con el Niño, Santa Catalina y un pastor”, pintada para el duque Alfonso I d’Este al comienzo de su carrera.


Destacan igualmente pinturas como“El nacimiento de Adonis” de Sebastiano del Piombo, “Apolo durmiendo y las Musas con la Fama” de Lorenzo Lotto, “Dos ninfas en un paisaje”, conocido también como “Júpiter disfrazado de Diana seduciendo a Calisto” de Palma el Viejo, o la “Escena pastoral” de Jacopo Bassano, que muestra una imagen más real del entorno natural, claramente idealizado en las obras de otros artistas del mismo periodo. 
El ocaso del Renacimiento

La imagen de la belleza ideal, típica de la escuela veneciana se transforma en destrucción de la pintura al utilizar una técnica que despreció el dibujo para centrarse en el color, la mancha y un claroscuro difuminado, llegando a plantearse hasta el día de hoy si, en el caso de Tiziano, se trata de obras terminadas o no. La sala se plantea como una discusión en torno a esta duda, enfrentando obras tardías de Tintoretto, Jacopo Bassano y Veronés.


Entre las obras que cuelgan de las paredes de esta sala, cabría mencionar “Niño con perros en un paisaje” de Tiziano, “El Paraiso” y “La flagelación de Cristo” de Tintoretto, “La oración en el Huerto” de Veronés, o “Cristo con la corona de espinas” de Bassano.
Destrucción de la pintura


En esta última sala nos encontramos con el “Cristo Crucificado” de Tiziano procedente de El Escorial, que cierra en solitario esta magnífica exposición. Es una de las obras menos conocidas del pintor y un perfecto ejemplo de su época tardía y de lo que se conoce como “destrucción de la pintura”.

El Renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura

Del 29 de junio al 2 de septiembre

Museo Thyssen - Sonia Delaunay (1)

Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda

La artista de origen ruso Sonia Delaunay fue una figura clave de la primera vanguardia parisiense. Junto a su marido, el también pintor Robert Delaunay, inició una aventura artística basada en los contrastes de color y la disolución de la forma a través de la luz, hasta llegar a la abstracción.
Museo Thyssen - Sonia Delaunay (3)
Estamos ante la primera exposición monográfica de la artista en nuestro país y en la misma se muestra su arte multidisciplinar, con pinturas, diseños de moda y textiles y sus colaboraciones con poetas o escenógrafos, prestando especial atención al periodo en que la artista y su familia residieron en Madrid, la ciudad en la que Sonia Delaunay decidió llevar el arte a la vida, uniéndolos como si fueran uno solo, hace ahora 100 años.
Museo Thyssen - Sonia Delaunay (4)
Más de doscientas piezas nos permiten apreciar la obra de esta artista total, que hizo pintura, escenografía, diseño de moda, decoración de interiores, publicidad…, que el Thyssen nos presenta este verano.
De Odesa a París
Museo Thyssen - Sonia Delaunay (22)
A comienzos de la década de 1910, Sonia Delaunay, pinta y confecciona objetos y prendas de vestir que responden a una estética colorista: una colcha de cuna para su hijo, una caja de juguetes pintada, encuadernaciones de libros, objetos cotidianos y vestidos realizados en patchwork, que mezclan elementos vanguardistas con el arte popular ruso.


De esta época son obras tan importantes como “El Bal Bullier”, “Contrastes simultáneos “o “Prismas eléctricos nº 41” y varios carteles publicitarios para las marcas Zénith y Dubonnet.


De esta etapa son igualmente diseños de moda como el vestido y el chaleco simultáneos, realizados en 1913 y la obra “La prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia”, llevada a cabo de forma conjunta por el poeta Blaise Cendrars y Sonia Delaunay, en la que por vez primera se funden poesía y pintura. Un desplegable vertical de dos metros de largo que se lee a la vez que se contempla, ya que a los versos libres de Cendrars responden los dibujos de Delaunay.
Primera estancia en Madrid y Portugal


La Primera Guerra Mundial estalla mientras la familia Delaunay se encuentra de vacaciones en España por lo que, a finales de 1914, deciden instalarse en Madrid, ciudad que les fascina desde el primer momento por su luzclave en sus investigaciones en torno al color. De esta etapa son obras como “Gran flamenco” y “Pequeño flamenco” o “La gran portuguesa”, expuestas junto a varios dibujos, acuarelas y diseños realizados durante esta primera estancia en Madrid.
Segunda estancia en Madrid y la apertura de Casa Sonia
La ciudad de Madrid es el corazón de la exposición. Tras el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia, Sonia dejó de recibir las rentas familiares que le habían permitido una estabilidad económica , decidiendose a comercializar sus creaciones.

Durante estos años colaboró con Serguéi Diághilev en el diseño de escenografías y vestuario para los Ballets Rusos, de los que en la muestra se exhiben los figurines y decorados para la representación del ballet Cleopatra. 

Igualmente se exponen una serie de fotos de la reforma que realizó para la conversión del Teatro Benavente de Madrid en un teatro-concert, y que se inauguró como Petit Casino en 1919, para el que también diseñaría el vestuario.


Casa Sonia, situada en la calle Columela, fue uno de los hitos de su estancia madrileña, representado en la exposición por recortes de periódicos y fotografías de la época, una selección de bocetos de moda, entre los que destacan los vestidos-poema y una chaqueta de lino, pintada y bordada, que evoca el espíritu de lo que la prensa madrileña llamó “el estilo Sonia”. Su primer pedido fue para el marqués de Urquijo diseñando vestidos y complementos para sus cuatro hijas, logrando de este modo captar como clientela a gran parte de la aristocracia de la capital de España.
Regreso a París y la moda simultánea

Tras su regreso a la ciudad del Sena en 1921, Sonia Delaunay comenzó a diseñar vestidos con los diseños de sus cuadros, como si fueran “tableaux vivants”, inaugurando en 1925 la Maisón Sonia, llegando a colaborar con grupos dadaístas y surrealistas en la producción de proyectos teatrales y cinematográficos, como la película “Le P’tit Parigot” de Le Somptier, participando ese mismo año en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París.


De su etapa de diseñadora para los grandes almacenes holandeses, Metz & Co, iniciada tras el cierre de su tienda en 1929, se exhiben una chaqueta, dos vestidos, un traje de baño y un conjunto de sombrilla y bolso de playa junto al cuadro “Vestidos simultáneos”, en el que la figura central presenta un diseño similar al que vemos en el abrigo creado para la actriz Gloria Swanson, que también está presente.
Los años finales
Durante la década de 1930 estuvo en contacto con grupos artísticos que abogaban por la abstracción en el arte como Abstraction-Création o Cercle et Carré y fue uno de los miembros fundadores de Réalités Nouvelles en 1939. En 1937 participoó, junto a su marido en la decoración de dos pabellones de la Exposición Universal de París. Tras la muerte de Robert Delaunay en 1941, Sonia continuo su carrera llegando a ser la primera mujer viva  a la que el museo del Louvre de París dedicó una exposición.

Un vídeo coloreado, realizado por la artista para promocionar sus diseños, y tres grandes composiciones abstractas ponen el punto final a la exposición.

Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda

Del 4 de julio al 15 de octubre de 2017

Madama Butterfly y la atracción por Japón. Madrid, 1868-1915

Con esta exposición de pequeño formato, el Museo Thyssen-Bornemisza quiere conmemorar el estreno en el Teatro Real de Madrid, el 20 de noviembre de 1907, de la ópera Madama Butterfly de Giacomo Puccini. Ciento diez años más tarde el museo sitúa aquel estreno en el contexto de la moda japonesa que recorrió Occidente en el último tercio del siglo XIX, y de la que Madrid también se hizo eco.


La muestra cuenta con cerca de cincuenta piezas de formato y técnica diversa, a través de las cuales se muestra la afición al arte japonés, la popularización de la cultura nipona a través de la moda, el teatro y la música, y la huella de Japón en los pintores e ilustradores de la capital de España a finales del XIX y comienzos del XX. Entre las piezas expuestas destacan pinturas y dibujos como “La lectura” de Raimundo de Madrazo, “El abanico” de Narciso Méndez Bringa, “Crisantemas” de Pedro Sáenz y Sáenz, o el cartel anunciador del baile de máscaras del Circulo de Bellas Artes del año 1892, obra de Cecilio Pla. 


El coleccionismo está representado por piezas llegadas a Madrid durante la era Meiji (1868-1912), atesoradas en los palacios y mansiones de las clases acomodadas de finales del XIX, como el palacio de Santoña o la residencia de Cánovas del Castillo. Entre los objetos presentes destaca el álbum de estampas “Surimono” que perteneció a Joaquín Sorolla.

También la moda y el mundo teatral ocupan un lugar importante en la exposición, con abanicos, kimonos y sombrillas y dos curiosos retratos de Dª. María Cristina de Habsburgo-Lorena y Alfonso XIII, aún niño, ataviados a la usanza japonesa.

Atención especial merece el estreno de la ópera de Puccini en el Teatro Real de Madrid, en 1907, bajo la dirección de Luis Paris, con una selección de fotografías utilizadas para diseñar los decorados y el mobiliario, así como los figurines originales de Joaquín Xaudaró.

Madama Butterfly y la atracción por Japón. Madrid, 1868-1915

22 de junio – 27 de agosto de 2017

Con estas tres nuevas exposiciones temporales, el Museo Thyssen – Bornemisza continúa celebrando los 25 años de su creación, y como no podía ser menos, lo está haciendo a lo grande. ¡¡¡Feliz aniversario!!!

MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

Paseo del Prado, 8 – 28014 Madrid

http://www.museothyssen.org/thyssen/home

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